lunes, 26 de noviembre de 2007

A tu salud !

Mi nana, la Martuca (Marta para los más amigos, enana del infierno para los que vivimos con ella) cree que me voy a volver alcohólico. Tan lapidaria sentencia la basa en que me tomo una cerveza todos los días y que últimamente he salido bastante, con lo que presupone que “salgo a tomar” como dice ella.

No deja de tener razón, generalmente hay una cerveza, pis-cola, ron-cola, tequila en casos especiales, de por medio. Pero realmente no es la motivación que me mueve a compartir con los demás, sino el simple hecho de pasar un buen rato.

La verdad de las cosas es que el alcohol etílico y yo no tenemos una relación muy fluida. No me pongo más simpático con unos traguitos demás; no me vuelvo un semental con las mujeres ni se me ocurren brillantes o revolucionarias ideas. Generalmente me voy para adentro, me quedo callado, escucho, miro, digo estupideces, cosas que jamás deberían salir de mi boca, cosas que se encuentra perfectamente guardadas bajo el manto de la sobriedad. Lo peor de todo es que uno no sólo dice, también siente y ahí es donde la cosa se pone extraña.

El copete me ha cagado harto la vida. Me ha costado castigos, retos, dinero, golpes, una nariz fracturada, una ceja hinchada, memorables vomitonas, peleas con las pololas, discusiones con mis amigos, caídas a piso en plena calle, llegadas tarde a clases, no llegadas a clases, malas notas, vergüenzas innumerables, la típica “apagá de tele” en ese momento… sí, en ese momento (por favor digan que es típica) y memorables situaciones embarazosas y en-barazosas, si entienden lo que digo (en casi - ¡ojo!... Casi - todas estas situaciones has estado tú, Javier “Keno” Lobos, te odio, me cagaste la vida, jajaa).

Asumo también que he roto la regla del mediodía y mis labios han tocado la cerveza como a las diez de la mañana, que a veces tomo sólo, pero no por necesidad de alcohol corriendo por las venas, sino porque hace calor. He tomado en la calle, conocí el guatero galáctico, he tomado con jugos “Yupi”, he tomado cervezas rancias, vinos baratos y diferentes, variadas y mortales mezclas de sobras luego de un carrete.

Aún así, no siento que esté fuera de los cánones de nuestra generación. ¿A quién no le ha pasado alguna de estas cosas, quizás peores o no? Así que me resisto a creer en mi alcoholismo, no hay nada fuera de lo normal en mí y mis tragos de vez en cuando. ¿Cómo lo sé? No es simplemente que reniegue de algún problema o que hay cosas que no pueda admitir, porque sé muy bien que hay muchos vasos (y tasas en algunos carretes) que no me debería haber servido jamás. Lo sé porque lo he vivido de cerca, lo sé porque mi abuelo es alcohólico.

Mi abuelo “se va de vacaciones”, como decimos por acá, de vez en cuando y de cuando en vez. A veces pasan meses, a veces no nos damos ni cuenta, a veces nos hacemos los lesos, a veces lo ha puesto en aprietos, siempre nos preocupamos y a veces lo entendemos. Probablemente sea un justificación tonta e ingenua para una conducta de por sí reprochable, pero es que vivió una vida de mierda. Es más, tan triste y dura es su historia, que cuesta creer lo adorable que es.

Hoy es el cumpleaños de mi tío Richard, que murió hace un poco más de un año atrás. Era el hijo mayor de mis abuelos y también era el regalón. Tuvo un accidente y el resto es historia. Ya se lloró por estos lados lo que se tenía que llorar y las heridas han ido sanando, cada uno a su ritmo, cada uno con su luto.

La cosa es que lo acompañé al cementerio para saludar a mi tío por su cumpleaños número 52. Una vez allá, colocamos las flores, prendimos unas velas y le cantamos feliz cumpleaños. Mi abuela se fue botar el resto de las flores y en ese momento mi abuelo me dijo: “vamos a hacer un brindis con el flaco”. Sacó una botella chica de pisco (creo que era pis-cola), roció la mitad sobre la tumba y de un solo trago se tomó el resto. “No le digas nada a tu abuela y echemos agua para que no se note”. Dicho y hecho.

Sentí ganas de decirle que no lo hiciera, que rociara toda la botella en el pasto. Pero me quedé tieso, mirándole los ojos llenos de lágrimas, igual que los míos, con las manos en los bolsillos y la sensación de que las lágrimas son más dulces con un trago en la mano. ¿Qué le puedo decir a mi abuelo? No tengo punto de comparación, es un grande entre los grandes.

Pero entendí algo. La Martuca está exagerando, no voy a ser un alcohólico. Mis penas se ahogan con una conversa, con un abrazo, una sonrisa, una “pichanga”, un beso o simplemente una lágrima. Hay otros que necesitan una ayudita, porque hay penas que no se irán jamás, y más vale sentarlas a la mesa, servirles un traguito y tratar de entenderse.

Por último, les dejo un regalito, una canción que mi abuelo siempre canta y que en su último cumpleaños se la cante yo:

CAÑA
Letra de Julián Araugo
Letra de Enrique A. Esviza
Musica de Enrique A. N. Mónaco
 
Dicen que soy un perdido...
que llevo el paso cambiado...
dicen que voy extraviado...
¡...pero no saben por qué!...
Si hoy amanezco mareado
y hago reír a la gente
es por borrar de la mente
la angustia que hay en mi ser.
 
Sirva más caña patrón...
llene hasta el borde mi vaso...
¡...si mi vida es un fracaso
hoy me quiero desahogar!...
 
¡Caña!...
con tu líquido que quema
voy arrastrando mis penas
y soportando el dolor...
¡Caña!...
dicen que sos un veneno...
la vida si que es veneno
si no la alienta un amor...
Para poder olvidar
quiero marearme con caña...
¡... si la vida ha sido huraña
es amargo recordar!...
 
Dicen que soy un perdido...
porque tomando y tomando
mi juventud voy dejando
al pie de algún mostrador...
Pero la gente no sabe
que cuando estoy divertido
mi corazón, oprimido,
tan sólo piensa en su amor.

11 comentarios:

Nicole Tondreau dijo...

Comparto tu visión sobre el copete. Yo tampoco me pongo bacanosa con el trago; es más, muchas veces termino muerta de pena y llorando a mares.

Pero tengo super buenos recuerdos de carretes, con hartas chelas de por medio, compartiendo con los amigos y celebrando alguna cosa (siempre hay motivo).

Ya po, hagamos un carrete de fin de año.

Saludos chiquillo.

Dr. Macacus dijo...

Solo puedo decir que he intentado no beber alcohol en reuniones sociales...

Unknown dijo...

uyyy me dio penita leerte!! porq creo q tengo el derecho de hablar con más sentimiento q todos los que te escriben, porque vivi esa pena a tu ladito pos...y se como se han dado las cosas y lo dificil q ha sido superarlo!

pero en cuanto al alcohol, creo q no eres ni ebrio ni nada por el estilo, simplemente pasas alegrias, penas e indiferencias con una latita de cerveza en la mano o su ron o piscola en otras ocasiones más memorables!

Y creo q eres la persona q tiene más claro la delgada linea de ser un bebedor social y un bebedor adicto....

besitos! y recuerda q te quiero un kilo!


::feliz cumpleaños a ti xD que siempre alegrabas la casa con un comentario inesperado::

Dani dijo...

no poi escribir ma lindo feo.
tuve pena cuando te lei!! :(

oie leso, te kiero kilos!! grax por spre estar ahi!

y tengo lata.. no llegó!! :(

un besoooote lindo ! tbn te estimo!

byeeeeeeeeeee

baul dijo...

me erquivoque... el comentario que era para este texto lo puse en el anterior... asi k ve para allá... si lo quieres leer claro

Dr. Macacus dijo...

Volvi a beber... pero poquito. El exceso provoca excitación de los genitales y de la mente, y a nadie le gusta andar caliente y pensando weás al mediodía (es que era un cóctel)

Gastronomía Colegio William James dijo...

a mí siempre me dicen borrasho de mierda... yo sólo digo:

- na que ver. de repente me tomo una copita y naa más.

risas estrepitosas y sólo callo.

Anónimo dijo...

Uff! complicado hablar del copete... más cuando han llegado los días en que lo único q me parece entrete es irse a tomar un copetito con los amigos...
Mis copas x estos días han sido sólo para ahogar penas y aprovechar de olvidar este puto año... Además, q al igual q la compañera Tondreau -y q tú - tampoco me pongo bacanosa.. ni nada x el estilo.. lo q es peor me baja la melancolía.. cuek!!
Bueno, este breve comentario fue solo para compartir experiencias...
Q le vaya muy bien en stgo..
Nos vemos en la capital en las vacaciones (con- práctica)... llegaré con las gallinas bajo el brazo, pero iré a ver a los escueleros...
Se me cuida.
Saludos

Artefacto dijo...

hola hola...
oye... subi una cuestion a mi blog hace varios días, pero no te habia dicho =P, date una vueltecita.. dale?
cuidate... y ojala pases una muuuy feliz navidad, besito
nata paaz

Dani dijo...

eri el gueon mas frio q conozco, la cagaste.

te odio. nunca suelo sincerarme y me respondi con el cochino post q acabo de leer.

mañana te lo digo todo y te tiro en la cara todos los copetes q em debes por tanta maldad.

besotes aunq me escribai cosas feas y no me peskí en msn.

bye.

Luis Fabián Jopia dijo...

master tu abuelo...

y quizás tu nana tiene razón, eres un alcohólico, pero no de esos que se van a morir, sino de los otros, que intentan vivir un día más que otro...
con un copete en la mano no desperdicias minutos ni segundos...los ocupas, por último, tomando...


agrega! see you..suerte!