miércoles, 24 de marzo de 2010

Una vieja y una nueva

Si usted es ocioso y ya ha pasado por acá, puede que el primer texto lo haya visto, pero tuve que sacarlo para presentarlo en un concurso que exigía exclusividad de publicación. El segundo texto fue escrito exclusivamente para el mismo concurso. Claramente, el que uno debute y el otro vuelva a este agujero, significa que a nadie le gustó. Hay premio para el que adivine de qué se trata el segundo, y si ya lo sabe, no sople. Ya vendrá algo nuevo.

Crujía

Después de la lluvia, la casa cruje como si se reacomodara luego del aguacero
como si se estirara en dirección al sol

Vigas ilusionadas, buscando lenta, pero constantemente, lo que negras nubes les escondieron
como las flores, desnudadas por la lluvia, que buscan vitalidad

Hoy, que el sol seca los charcos con una presencia implacable, te vi caminar, sonriente por la calle
un ruido profundo me detuvo y pensé que los truenos anunciaban tormenta

Pero el sol no pensaba retirarse y las nubes negras estaban entristeciendo otros lugares, lejos de acá
era mi alma que crujía, se estiraba, tratando de alcanzarte.

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Recuerdos accidentales


Pensó de pronto que debía haber pasado por su casa y que eso de no verse hace años nunca fue una excusa válida. Hace años que no jugaba un partido y las ganas de hacerlo no desaparecieron jamás, al igual que el dolor de rodilla. Pensó también, en medio de ese silencio sordo, que hacía mucho tiempo que no se recostaba a mirar el cielo como ahora, que a pesar de brillar como nunca, ya comenzaba a teñirse de rojo. A lo lejos, el ruido de las sirenas se acercaba raudo. Cerca, el dolor y la luz se perdían paulatinamente.

1 comentario:

Todaslasninfas dijo...

Yo te tengo un comentario : termina tu tesis y sienta cabeza ¡¡
con todo el poco cariño