viernes, 14 de agosto de 2009

Cuestión de necesidades y honestidad

Lugar: A las afueras de un supermercado de Viña, en 10 norte.

Hora: Al rededor de las 9 de la noche.

Situación: Voy saliendo del supermercado, con el vuelto en una mano, una cajetilla de cigarros y un par de bolsas en la otra y, de pronto, veo a un mendigo. Por alguna razón creo que les hago un bien cuando les doy dinero y me siento mejor haciéndolo (tengo la mala costumbre de hacerme sentir bien a mí mismo con actitudes intrascendentes).

Miré mi mano y tenía varias monedas. Elegí dos de cien pesos y se las ofrecí, sin decirle nada. En realidad, ofrecer no es la acción precisa, porque se me hace ilógica la necesidad de preguntarme o preguntarle si las quiere o las necesita. Hay una sensación estúpida de que lo que le falta es lo que te sobra.

El tipo, para mi sorpresa, me dice que no con la cabeza y yo, tratando de entender por qué razón no querría aceptar mi ayuda (intrascendente y despreocupada), sólo atiné a decir: ¿qué?

De pronto pensé que me había descubierto, que se había dado cuenta, tras mi magnánimo gesto, de lo vacío que en realidad era. Que había notado lo poco que me importaba su historia, su situación, sus razones, sus necesidades, carencias, virtudes, ideas o sueños. Pensé, por dos o tres segundos, que el mendigo se pararía frente a mí, dejaría mi mano estirada y avergonzada, y me diría: “No aceptaré tus monedas porque no quiero hacerle favores a un imbécil”.

Pero no, miró mi otra mano, la que no tenía monedas, y me dijo: quiero cigarros. Y yo, haciendo honor a mi estúpida actitud anterior, para volver a sentirme bien conmigo, le di dos.



5 comentarios:

Anónimo dijo...

Un verdadero filántropo se habría fumado el otro con él.

Paz · dijo...

sabes.. antes de ver el comentario de "el saboteador" pensé en lo mismo...

me sumo a sus palabras.


buee, me acordé de la historia que contaba tu amigo de "·maniceroooo"
ajajajaja

me acuerdo de eso y me cago de la risa..


bien hecho, siempre me agrada saber que escribiste algo nuevo y , claro, leerlo..

salud-dos care´ mono

Anónimo dijo...

A mi me pasó algo parecido...
esa manía de hacer las cosas por el bien de uno mismo.... es cuando preguntas cómo estás a quien sabes que está mal y en el fondo quieres que te importe, pero no te importa.
se entiende?
Eso.

Paz · dijo...

ya po!.. y volviste a fumar el cigarro con él ???!!!

ToÑo dijo...

No tengo pretensiones filantrópicas, sólo egoistas, autodestructivas, inmorales y dionisiacas