domingo, 9 de agosto de 2009

Vecinos/Súbditos

Hoy, leyendo a otros blogeros mucho más interesantes y dedicados que yo, llegué a la conclusión de que me gustaría tener vecinos. Es decir, los tengo, por todos lados, pero no molestan, ni siquiera hacen ruido, y eso me consterna.

Al costado izquierdo de mi casa viven alrededor de ocho personas y las veo tarde, mal y nunca. Al frente hay una familia de cinco, con niños y mascotas, pero sus apariciones callejeras son esporádicas y breves. Del otro costado es aún peor, ya que el mayor contacto que tengo con ellos (no sé cuantos son, ni sus nombres o edades) son los objetos que dejan sobre mi techo, como volantines, pelotas, botellas plásticas u otros juguetes, por los que deduzco, de una manera bastante arqueológica, que hay pequeños y que juegan a veces, empecinados, según mi experiencia, en que nadie los vea.

Y no es que necesite un saludo o una conversación intrascendente de parte de ellos, pues tengo suficiente con tener que saludar e inventar alguna pregunta que en realidad no me interesa cuando me encuentro con alguien medianamente conocido en algún otro lado. Lo que les pido es ruido y tiene que ver con que su silencio me ha puesto quisquilloso con mis propias expresiones auditivas.

Tengo el monopolio de lo que se escucha en esta cuadra. Abro mi ventana, subo el volumen, aprieto shuffle. Soy el culpable de una dictadura y no me gusta y lo que es peor, a nadie perece importarle, lo que hace de mi acto una cuestión sin sentido. Es como cuando juego fútbol. Mientras mejor sea el rival, más me divierto, aunque nos vayamos con una derrota categórica. Pero aquí no hay feedback, no hay contrincante, no existe el héroe ni el antagonista y si esto fuera una novela, sería un bodrio.

Y es que uno se cuelga de una ilusión, como si las películas se basaran en cómo fueron las cosas, cuando en realidad lo hacen en cómo nos gustaría que fuesen. Me gustaría que sonara mi timbre un día y alguien me pidiera un CD o me preguntara por el nombre o el artista de una canción que sonó ayer, a eso de las siete, cuando todavía quedaba algún atisbo de luz, justo antes de que se prendieran los focos de la calle. O levantarme un día y escuchar algo nuevo y prometedor, que me haga ir por ese timbre. O por último algo de Ana Gabriel o Arjona, para que abrir la ventana y subir el volumen cobre algún sentido, porque sería genial ver cómo se las arregla el nicaragüense fome para callar la guitarra de Clapton o un grito de Plant.

Hoy es domingo y sigo sentado en la soledad de mi trono de tirano, esperando un digno rival, mientras mis súbditos escuchan, les guste o no, el unplugged de Alice In Chains.


3 comentarios:

Paz · dijo...

Justo ahora que te leo, me iba a poner a escuchar el Unplugged de Alicia en Cadenas.. me regalaron el DVD pero lo tenía botado hasta este momento.


Mis vecinos al parecer tienen buen gusto .. cuando subo el volúmen al máximo con algo de Faith No More (por ejemplo) no dicen nada.. pero las dos únicas veces en las que hemos puesto fuerte a Arjona (por mi vieja) es curioso.. han venido a reclamar (diciendo que hay una "guagua" en la casa y estás durmiendo)



de repente sólo es coincidencia..

buee.. saludos..
atte

la enferma mental :D

Paz · dijo...

FE DE ERRATAS

(diciendo que hay una "guagua" en la casa y estás durmiendo)

debe decir

(diciendo que hay una "guagua" en la casa y está durmiendo)


jasjaja.. en fin.. that´s all ;)

Paz · dijo...

ya po care´ mono .. actializá shá !!!!!!