lunes, 7 de septiembre de 2009

Los semáforos son divertidos


La noche ya estaba encajada hace rato y los postes sólo alumbraban la ausencia en las calles. Lo único que interrumpía mis pensamientos retorcidos era la radio, que tocaba alguna canción gringa desconocida y llenaba ese siempre incómodo silencio que siento cuando manejo con alguien al lado. El hombrecito del semáforo se vestía de rojo, mientras yo recordaba que en esa esquina había visto al peor malabarista callejero en la historia de este tan trillado oficio. Sentía que la luz no cambiaría nunca, mientras miraba con mi cara más amenazante al hombrecito de verde. De madrugada, los semáforos son interminables, al igual que las malas ideas. Pero así como de noche las leyes del tránsito pierden algo de respeto, las malas ideas pierden algo de malas.

D: ¿Has sentido alguna vez que tu vida es un documental?

A: ¿Qué?, dije mientras quitaba la vista del semáforo. Había escuchado, pero quería ver su cara mientras repetía la pregunta.

D: Que si has sentido que tu vida es como un documental. Que te están grabando. Que alguien lo está viendo.

A: No. Esbocé una sonrisa. Es una idea bastante egocéntrica. Recordé en ese momento una película que se llama Ed tv y que tiene que ver con eso. Un tipo que lo graban día y noche y se vuelve un fenómeno televisivo y termina peleándose con su hermano por una mina. Puro Morbo.

D: Yo sí.

A: Pero me gusta la idea del soundtrack de tu vida. Algo así como que la música que suena en este momento tiene su razón de ser. La canción que sonaba en ese momento era romántica y pensé que haber dicho eso fue una pésima idea.

D: Sí. Esta canción es como para un pre de un encuentro sexual, por ejemplo. (Ahora pensaba que lo que dije no era nada).

Termina la canción y una voz anuncia que la siguiente se llama Just the way you are. Una nota de piano e inmediatamente una voz ronca y profunda demasiado familiar.

A: El guión de este documental es un cliché. Si la anterior era pre sexo, no pueden poner a Barry White después. ¡Cómo no se les ocurre nada mejor!


El semáforo se tiñe de verde y reanudamos nuestro viaje nocturno en silencio y con Barry de fondo. Mientras encendía un cigarro y bajaba la ventana pensaba en que el universo nos había hecho reír por un momento, para demostrarnos que quizá alguien sí nos estaba mirando. Luego pensé que no entendía cómo el señor White se había transformado en el lugar común de las canciones ad-hoc para el sexo y que jamás sería mi opción. No veo nada excitante en la voz ronca y calentona de un hombre gordo y barbón

2 comentarios:

Caracolito dijo...

No comprendes los semáforos sobre todo no entiendes al tierno botoncito que da la luz verde ...

Paz · dijo...

qué mejor que un hombre obeso y barbón susurrándote al oído una canción!!! ..

parece que caracolito se las trae (uyyyyy!!) (el comentario pendex)

Si la vida te empuja con ese tipo de señales, HÁGALE CASO PUE HOMBRE!!.. jajaja


Saludos desde la Rodolfo Yáñez..